El cepillo de dientes eléctrico es uno de esos inventos que, cuando lo descubres y lo usas de forma adecuada y en la frecuencia idónea, te encuentras un día dándote de golpes con la cabeza contra la pared… ¿Cómo he podido estar tantos años sin esto? Es realmente un avance espectacular para el cuidado de tu boca: consigue una limpieza más rápida, efectiva, profunda, indolora y con efectos que a medio y largo plazo repercuten en la salud de tu boca.
Todo, realmente todo, son ventajas para defender el uso de un cepillo eléctrico, ya que está más que demostrado que, por mucho que te apliques enérgicamente con un cepillo manual, es imposible deshacerse a diario de toda la placa y el sarro que se va generando en tus dientes (por no hablar de las manchitas que se generan por ejemplo, por el café o por el tabaco en el caso de los fumadores). Así que la mejor recomendación que podemos dar es que uses un cepillo eléctrico, pero lo vital es que si lo usas, úsalo bien. Aquí te contamos como:
Consejos para un buen uso del cepillo eléctrico
1) Divide la boca en cuatro cuadrantes, dos arriba y dos abajo. Utiliza el mismo método siempre, lo que te asegurará que no queda rincón sucio en la boca. En cada cuadrante, empieza por la cara exterior de los dientes de atrás (las muelas) y sigue uno uno hacia el centro de la boca. Párate unos segundos en cada diente, suficientes para que, con una ligera presión, el cepillo eléctrico trabaje a pleno rendimiento. Recuerda que si te pasas de presión, la mayoría de cepillos se paran, por lo que verás que le coges el punto enseguida. Ten en cuenta que algunas muelas son más anchas que el propio cabezal del cepillo, por lo que con un poco de giro acompañarás al cepillo para actuar a fondo en ambos lados.
2) Después pasa a las caras internas del cuadrante que estés trabajando. Recuerda que es mucho más efectivo dejar el cepillo actuar encima del diente. Imitar con el cepillo eléctrico los movimientos que hacías con el manual simplemente es no sacarle partido a un instrumento que ha sido pensado para ser efectivo de esta manera. La vibración del cepillo encima del diente consigue realmente la limpieza cuando está quieto , por lo que no vayas adelante y atrás. Ten paciencia y método. Además, si eres diestro verás que es más fácil regular la presión sobre el lado zurdo, con lo que acuérdate de hacer con especial atención los dos cuadrantes del lado de la mano que uses.
3) Por último, te quedan las partes de arriba de los dientes, las llamadas caras triturantes, esto es las que aplastan o cortan la comida.
4) Repite el mismo proceso, el mismo tiempo, con los restantes tres cuadrantes. Recuerda que con algo de práctica este es un proceso que puedes tener listo en dos o tres minutos. Hay modelos, además, que disponen de un modo de alarma que va pitando para que aprendas a regular tu mismo el tiempo que le debes dedicar a cada cuadrante. Es como una coreografía. Si lo haces, tendrás un 10 en limpieza bucal.
