¿De qué nos sirven los mejores focos de iluminación si los tenemos en el suelo? Si, conseguiremos crear figuras poderosas en cuanto iluminación…pero nos va a ser poco útil, no podremos hacer mucho más. Por ello, necesitaremos trípodes y accesorios para colocar la luz justo en el lugar donde la necesitemos.
Lo más básico de todo es el pie de estudio, el trípode de iluminación. A la hora de hacernos con uno, deberemos tener en cuenta el peso que le vamos a colocar encima. Esto es especialmente importante al trabajar con fuentes de luz halógenas, debido a lo frágiles que pueden llegar a ser las lámparas. Lo más normal es trabajar con trípodes que tienen un mínimo de 2 metros de altura, aunque lo ideal es trabajar con 3 metros. Si, el tamaño importa. Cuánto más alto podamos ubicar nuestra fuente de luz, más natural podremos hacer que parezca ya que el ojo humano está acostumbrado a que las fuentes de luz (como el sol) nos iluminen desde arriba.
Otra de las cosas a tener en cuenta, no al comprar sino al usar, con los trípodes es que debemos abrir siempre bien las patas de apoyo. De nada nos servirá el mejor trípode del mundo si luego lo abrimos mal y queda montado de manera inestable.
Un accesorio de los trípodes es, por ejemplo, el saco de arena, que nos ayudará a ganar estabilidad al aumentar el peso en la base del mismo. También podemos utilizar cabezas para el trípode para poder inclinar los focos y tener más juego con los mismos.
Otro de los accesorios en iluminación es el reflector, ya sea de 5 en 1 o de 7 en 1. ¿La diferencia? La cantidad de colores. El 5 en 1 tiene dorado, plateado, negro, blanco y translúcido, mientras que el 7 en 1, además de los colores antes mencionados, también incluye el verde croma y el azul croma, que nos pueden ayudar a grabar o fotografiar con el objetivo de luego aplicar recortes o efectos especiales.
El reflector tiene una gran cantidad de usos diferentes. Por ejemplo, y de ahí viene su nombre, nos sirve para reflejar cualquier fuente de luz para utilizarla como relleno y suavizar las mismas sombras que nuestra fuente de luz provoca. Para esto podemos usar el plateado, el blanco o el dorado, dependiendo de la intensidad y la dominante de color que queramos.
También podemos utilizar el reflector, en su lado negro, como si fuera una bandera que nos permite cortar la luz. Es decir, evitar que la fuente de luz contamine las partes que no queremos iluminar de la escena.
Otro de los usos posibles es de difusor. Si desmontamos las cubiertas del reflector, nos quedaremos con una tela traslúcida blanca que nos ayudará a filtrar la luz y a volverla aún más suave y difusa.
Todos estos accesorios nos permiten hacer una cosa muy importante, iluminar. Iluminar es crear contrastes, reforzar texturas, jugar con las sombras. Si solo ponemos una luz, estaremos alumbrando, si trabajamos la luz, estaremos iluminando.
Ey buen artículo. Realmente útil para conseguir una buena iluminación y tener buena calidad de video/foto. En mi caso en mi negocio grabo pequeños videos para mis clientes y conseguir una buena iluminación no siempre es fácil.
Sigue escribiendo contenido como este, muy útil. Saludos!
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